Si el arroz ha sido sustituido en numerosas bodas por pétalos de flores y muchos recién casados prefieren una canción 'pop' al clásico vals para abrir el baile, ¿por qué no se iban a rebelar las novias contra el traje que para ese día se les impone? Las mujeres ya no quieren cambiar de estado civil vestidas de princesa. Cada vez son más quienes dan el ‘sí quiero’ con un modelo y unos complementos que se salen de lo convencional, una ruptura en forma de color, detalles originales y diseños que acumulan tantos seguidores como detractores.
Vestidos más cortos. Las firmas dedicadas a vestir a la novia entran en esta tendencia poco a poco, con pequeños guiños, como cortar centímetros a sus trajes. La mayoría de las colecciones incluyen ya vestidos que dejan los tobillos al descubierto o quedan a la altura de la rodilla, una opción -a menudo, una versión 'mini' de la creación original- que favorece a las mujeres de menor altura y a aquellas que quieren presumir de pierna. Por estas u otras razones eligieron un modelo con menos tela celebridades como Jackie Kennedy o Audrey Hepburn para sus respectivas segundas bodas, Yoko Ono o, más recientemente, Keira Knightley con un diseño de Chanel. La recién esposa de George Clooney, Amal Alamuddin, fue un paso más allá y eligió un pantalón combinado con un top para la ceremonia civil en Venecia.
Los zapatos. Más fácil resulta 'pintar' los zapatos porque, salvo que se elija un modelo en corto, apenas dejarán verse en la ceremonia. Las licencias en el calzado son, pues, casi infinitas. El nude y los metálicos oro y plata son tres propuestas discretas para salirse de la norma que han protagonizado esta temporada varias bodas aunque algunas firmas apuestan por un mayor estallido de color, incrustaciones, encajes y hasta tacones de cristal. La 'transgresión' comenzó al tiempo que Carrie Bradshaw dio el 'sí quiero' a Big en la primera parte de 'Sexo en Nueva York' en la gran pantalla con unos zapatos azul klein coronados por un broche de brillantes. Olivia Palermo convirtió la ficción en realidad y se casó el verano pasado con un modelo casi idéntico de Manolo Blahnik.
Tocados y diademas. La 'it girl' por excelencia puso el toque original a su traje por los pies, pero otras mujeres prefieren marcar la diferencia en la cabeza con tocados. El debate 'velo sí, velo no' se amplía ahora con la entrada de nuevos elementos para coronar el peinado, como diademas florales, plumas o sombreros de diferente tamaño. Rita Hayworth se colocó uno de ala ancha hace más de medio siglo en su boda de cuento de hadas con el príncipe Ali Kahn aunque esta tendencia, como otras, no exige ser una 'celebrity' para lucirla. Porque las novias, famosas y anónimas, ya no vestirán de blanco pero (casi) siempre estarán radiantes.
